
El primer rayo de sol entro por un agujero de una madera que tapaba la ventana dando de lleno en los ojos a Jonás que empezó moverse incomodo, extendió los brazos y se estiro varias veces, fue arrastrándose hasta que se sentó en la cama, se rasco la melena rojiza que le llegaba hasta la cintura, la puerta se abrió y apareció un robot creado a partir de varios trozos de otros aparatos, los pies eran dos ruedas alargadas compuesta de tres ruedas cada una, rodeada por una cinta metálica y puestas en paralelo, como cuerpo tenía el chasis de un motor viejo, el brazo izquierdo había sido creado por varias piezas con forma de tubos rectangulares que se iban juntando uno con otro creando dos bloques rígidos unidos por engranajes, el otro brazo era una recreación bastante delicada de un brazo humano que era de un color plateado apagado, el cuello era un grueso muelle, la cara era alargada, las orbitas de los ojos eran profundas, de nariz alargada y labios delicados que recordaban a la cara de un hombre joven, siendo de color negro apagado.
-Señor Jonás Jüliüs Robert de Sade le recuerdo que es la hora de su inyección.
-Te he dicho mil veces que no me llames señor, solo J.
-Si señor J.
Se levanto de la cama, se puso unos pantalones que tenía bien doblados en una silla de madera, cogió un estuche metálico de uno de los cajones de la mesa, lo abrió, saco una jeringuilla del interior y un fino tubo de cristal con un líquido verde, puso una aguja en la boca de la jeringuilla y lleno su interior, con cuidado expulso el aire del interior hasta que un pequeño hilo verde broto de la aguja, el robot le paso una tira de goma por el brazo y la apretó, no tardo en aparecer una vena, se pincho la aguja y presiono poco a poco hasta que el liquido desapareció, Jonás sintió una caliente corriente estática que le recorrió el cuerpo, abrió un armario y saco una camisa blanca, una corbata negra que hacia juego con los pantalones y descolgó de una percha una chaqueta oscura, se marcho fuera de la cabaña creada a base de troncos enredado, se fue hasta cerca de una pequeña habitación que estaba compuesta por cuatro tablones de metal que formaban un cuadrado, tiro de una cuerda que empujo un pequeño redondel que tapaba la boca de un tubo alargado, el agua broto hasta una bandeja, cuando estuvo llena soltó la cuerda y el redondel volvió a su sitio evitando que el agua siguiera saliendo, se quito los pantalones y se los dio al robot que sujetaba el resto de la ropa, entro en la habitación que tenía un suelo metálico, tiro de un cuerda y el agua de la bandeja calentada por el sol cayó por un tubo que terminaba en una esfera agujereada, dejo de tirar de la cuerda y se paso una pastilla de jabón casero, después dejo salir otro poco de agua para terminar de limpiarse.
-Debería tener cuidado con las inyecciones-Pudo escuchar al robot al otro lado de la pared.
-La primera vez que me inyecte fue para evitar que un infectado por el virus VR1 se sintiera interesado en mi sangre y no me preocupe de los posibles efectos secundarios.
Salió de la habitación, se seco con una camisa vieja que usaba para toalla.
-Pero señor J podría terminar en un estado de shock irreversible.
-Lo sé-Ignoro que le hubiera llamado señor, luego intentaría reprogramarlo-Pero ya no hay paso para atrás, si dejo de inyectarme podría terminar en un estado peor aun.
-Si señor pero aun así podría ir bajando la dosis poco a poco hasta que ya no le fuera necesario.
No le respondió dado que sabría la respuesta, después de haber dejado de trabajar para el área 0 tenía más miedo a un infectado que no se hubiera alimentado bien a terminar en shock.
-Se que le preocupa el encontrase con un infectado con el virus VR1 pero mientras que este bien alimentado no debería de ser peligroso.
-El problema no es que este infectado…el problema es cómo quiere utilizar ese virus.
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